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La posición geográfica y la condición de región ultraperiférica (RUP) de Canarias, reconocida por la Unión Europea en el artículo 249 del Tratado de Funcionamiento de la UE, hace esencial la necesidad de garantizar e impulsar la competitividad de nuestros puertos. 

No en vano, la mayor parte de los flujos de exportación e importación de mercancías de las Islas se gestionan dentro de los puertos de competencia estatal, lo que los convierte en recintos imprescindibles para impulsar e incentivar la actividad económica, para elevar la competitividad de nuestras empresas y para asegurar su sostenibilidad ambiental, garantizando, así, el desarrollo económico y social de Canarias. 

Por tanto, la insularidad y el carácter fragmentado de nuestro territorio confiere al sistema portuario una relevancia vital, ya que estos constituyen la principal entrada de mercancías para el conjunto de la economía, tanto para el abastecimiento de materias primas, inputs intermedios y productos terminados -elementos esenciales para el desarrollo de la actividad de todos los sectores-, como para garantizar la operatividad de los flujos comerciales, dada la especial dependencia del Archipiélago para su aprovisionamiento. Asimismo, el escenario de elevada competencia a nivel internacional y de globalización comercial, otorga a nuestros puertos un carácter estratégico que debe ser aprovechado para afianzar la economía de las Islas. 

Resulta evidente la notable interdependencia sectorial que caracteriza a la estructura productiva de las Islas, dado que todas las actividades tienen una relación directa con la actividad portuaria, en mayor o menor medida. En este sentido, la importancia de los puertos va más allá de los muros de estas infraestructuras, dado que además de la actividad portuaria, dentro de estas se desarrollan otras actividades de carácter estratégico para toda la economía, que generan un elevado valor añadido.  

De forma concreta, los puertos de Canarias albergan un gran número de actividades y servicios de muy diversas índole, que contribuyen al enriquecimiento de la calidad y la posición competitiva de estos recintos, destacando el Puerto capitalino de Las Palmas, donde tienen lugar actividades como la reparación naval, el suministro de combustible o “bunkering”, operaciones de logística, los servicios de reparación “offshore”, los tránsitos internacionales de mercancías, las descargas pesqueras o el tráfico de cruceros. 

Por otra parte, es importante recordar que uno de los elementos fundamentales en un territorio como Canarias es la conectividad y la movilidad de las personas, que resultan fundamentales para la vertebración de las Islas, por lo que debe ser un factor prioritario que sea gestionado con el mayor grado de eficiencia y eficacia, situando a los puertos como plataforma interinsular del tráfico de pasajeros. 

En lo que concierne a la evolución más reciente, durante el pasado año la recuperación de la economía tras la pandemia comenzó a describir varios síntomas de moderación, debido al contexto de desaceleración del crecimiento, que, además, se fue intensificando con la notable tendencia inflacionista generada por el incremento de los costes energéticos. Pese a que este factor comenzó a suavizarse en la última parte del ejercicio, los efectos de segunda vuelta ya se habían trasladado a los elementos más estructurales de los precios, situando la inflación subyacente en valores muy elevados, por encima, incluso de la inflación general, manteniendo altas dosis de incertidumbre al cierre de 2022. 

No obstante, la amplia cadena de valor del sector y los servicios portuarios han mantenido su nivel de actividad durante 2022, en un contexto de notable incertidumbre, dando continuidad al trabajo conjunto desarrollado por el tejido productivo del sector y la Autoridad Portuaria de Las Palmas, impulsando la mejora de la competitividad, la seguridad, la salud y el desarrollo sostenible. 

Sin embargo, la actividad portuaria no ha sido ajena a la ralentización de la actividad económica, y así lo indican los principales resultados estadísticos, según los cuales, el tráfico portuario total gestionado por los puertos de adscripción estatal de la provincia de Las Palmas contabilizó un volumen total de 28.879.895 toneladas, lo que implica un aumento interanual del 2,4%, 7 puntos menos que el resultado apreciado al cierre del ejercicio precedente (+9,4%). 

Este comportamiento fue reflejo de la evolución apreciada en el Puerto de Las Palmas, que culminó el pasado 2022 con un ligero avance del 0,4%, gestionando un tráfico total de 25.840.154 toneladas. No obstante, este recinto portuario continúa siendo el más relevante de la provincia en términos de actividad, concentrando el 89,5% del conjunto de las islas orientales. 

En cuanto al Puerto de Arrecife, y a diferencia del puerto capitalino, el tráfico total apuntó un ascenso interanual de mayor intensidad que el año previo, cifrado en un 25,2% (+7,7% en 2021), lo mismo que sucedió en Puerto del Rosario, donde se evidenció un avance interanual del 20,7% (+12,5% en 2021). 

A continuación, volvemos a los datos del conjunto de los puertos estatales de la provincia para hacer una breve reseña sobre el comportamiento de los tráficos más relevantes, destacando que las mercancías que tenían su origen o destino en el mercado interior saldaron el pasado año observando un alza interanual del 25,0% en el caso de las mercancías cargadas, y del 11,5% en cuanto a las descargas. Esta evolución situó estos flujos por encima de los niveles previos a la crisis sanitaria (+17,8% los embarques; +3,4% los desembarques).  

Sin embargo, las mercancías en tránsito describieron un comportamiento negativo a lo largo del pasado 2022, lo que fue el principal motivo de la moderación del conjunto del tráfico total, constatando un retroceso interanual del 11,1%, fruto de la desaceleración de la actividad económica a nivel global. 

En cambio, el avituallamiento sigue desempeñando el rol clave que ha venido consolidado en los últimos años como una actividad de enorme importancia dentro del Puerto de Las Palmas, sobre todo en el caso del combustible, debido a la localización estratégica del Archipiélago. Así, esta tipología de tráfico culminó el pasado año con un incremento del 11,4%, lo que supone alcanzar un total de 2.538.900 toneladas. 

Para terminar el repaso de las cifras más relevantes, hacemos referencia al tráfico pesquero, que volvió a observar un crecimiento interanual en la provincia, en este caso del 17,8%, lo que supone el cuarto consecutivo, alcanzando un total de 285.969 toneladas. 

Tras el fuerte varapalo que supuso la pandemia en Canarias, la actividad económica ha encarado un proceso de recuperación durante 2021 y 2022 que no ha estado carente de incertidumbres y riesgos, lo que, en cualquier caso, ha supuesto un desafío para la economía de las Islas, un desafío, que sin ninguna duda ni complejo asumió desde el primer momento la Confederación Canaria de Empresarios, en su papel de organización empresarial más representativa y defensora de los intereses empresariales, que ha desempeñado con la mayor diligencia y convicción. 

Esta ha sido la meta de la Comisión de Puertos de la CCE, que durante el pasado 2022 abordó todas aquellas cuestiones relevantes para la actividad económica y empresarial, y mantuvo su rol de instrumento de debate y participación, esencial para que el tejido empresarial y sus representantes legítimos refuercen el valor de las relaciones institucionales, trasladando sus demandas y preocupaciones a los órganos de gobierno y seguimiento de la actividad portuaria, y en los que la Confederación goza de representación, como son los puertos de competencia estatal; los de competencia autonómica, adscritos al ente público “Puertos Canarios”; así como las Comisiones Ejecutivas Provinciales del Instituto Social de la Marina. 

En este sentido, la participación de la Confederación Canaria de Empresarios en el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Las Palmas juega un papel crucial para la economía de las Islas, ya que permite y asegura que el conjunto de todos los sectores y actividades que configuran el entramado productivo canario ostente representación en el máximo órgano de gobierno de la Autoridad Portuaria.  

En su seno, hemos mantenido, un año más, nuestra tarea de trasladar la experiencia y la perspectiva empresarial, además de las principales inquietudes sectoriales, al respecto de los asuntos tratados dentro del Consejo, siempre con la firme creencia de que la interlocución y la colaboración con la Administración Pública debe ser una de las vías para la consolidación del crecimiento económico y la mejoría de la competitividad de nuestros puertos, y por extensión, del resto la economía de Canarias.  

Asimismo, como viene siendo habitual desde los últimos años, en el ámbito de la Comisión de Puertos hemos podido contar con la intervención del Presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, D. Luis Ibarra Betancort, con quien tuvimos la oportunidad de mantener un diálogo sobre cuestiones de muy diversa naturaleza y de gran calado para la actividad económica del puerto y de la provincia, además de conocer de primera mano su visión general de la situación de la actividad portuaria; la situación de los proyectos de inversión en ejecución del puerto; el Plan de Inversiones de la Autoridad Portuaria; los planes para seguir avanzando en la reordenación del espacio, en un contexto de elevadísima ocupación del suelo; así como la viabilidad de uno de los proyectos llamados a marcar un antes y un después en el ámbito portuario y energético, como es el desarrollo de la energía eólica marina y de las estructuras para su despliegue y mantenimiento. 

Como ya indicamos previamente, la CCE también desempeña la función de defender los intereses de las empresas canarias en los órganos de gobierno del ente Puertos Canarios. En este contexto, es importante tener presente que los puertos de competencia autonómica suponen uno de los elementos principales para la conectividad entre todas las islas, con lo que el sector del tráfico interinsular de pasaje debe funcionar con un nivel de competitividad muy elevado, que garantice la vertebración del Archipiélago. 

En cifras, a lo largo de 2022, el tráfico regular de pasajeros acumuló un alza interanual del 31,9% en el conjunto de la provincia, agregando los pasajeros registrados tanto en los puertos estatales como los autonómicos, lo que sirvió para retomar valores similares a los anotados antes de la irrupción de la pandemia (+0,1% con respecto a 2019). Por su parte, el tráfico de cruceros en los puertos de competencia estatal recuperó el signo positivo, tras dos años de caídas, cerrando 2022 con un aumento del 127,8%, aunque, pese a ello, se mantuvo en valores inferiores a 2019, en concreto, un 31,0% por debajo. 

Para terminar, y a modo de síntesis, desde la Confederación Canaria de Empresarios estamos convencidos de que los puertos de Canarias se erigen como infraestructuras esenciales en términos estratégicos, dada la localización del Archipiélago, en el centro del tránsito de varias rutas marítimas muy relevantes para el comercio internacional de mercancías, lo que genera un fuerte efecto de arrastre sobre el desarrollo socioeconómico de las Islas. 

Por lo tanto, consideramos que la actividad portuaria genera un alto valor añadido que impulsa el crecimiento y la creación empleo en Canarias, y la mejor manera de contribuir a este objetivo debe pasar por la ejecución de todas aquellas medidas y fórmulas que sirvan para aumentar la productividad de las empresas y que permitan mejorar competitividad de los Puertos de Las Palmas. Para ello, resulta esencial reforzar y garantizar el apoyo a los operadores portuarios, incentivando la actividad en todo momento para lograr una rápida adaptación a las circunstancias cambiantes que vaya marcando la actualidad.