La economía canaria cerraba el año 2022 con un repunte del PIB del 8,2%, y superaba el avance que había experimentado durante el año anterior (+7,0%) e incluso mejoraba el crecimiento registrando por el conjunto del Estado durante 2022 (+5,5%).
Canarias comenzó el ejercicio con crecimientos superiores a la media nacional durante la primera mitad del año, pero la incidencia del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y la escalada de los costes energéticos y de las materias primas en los mercados internacionales, tanto industriales como de alimentos, impactaban de lleno sobre las principales potencias mundiales y también sobre nuestra región, especialmente en el segundo semestre de 2022, lo que condujo a una desaceleración de nuestra economía en la segunda mitad del año.
Pese a ello, lo cierto es que la actividad económica en Canarias logró mantener el pulso y sortear el clima exterior desfavorable gracias, en gran parte, a la buena respuesta que continuaba mostrando el sector turístico en las Islas.
Tras el levantamiento de las restricciones que durante todo el año 2021 condicionaron la movilidad de los pasajeros internacionales, Canarias cerró 2022 con la llegada de 12,6 millones de turistas extranjeros, y ello supuso mejorar en un 136% el dato del año anterior, cuando la cifra de visitantes alcanzó los 5,3 millones de visitantes
La recuperación del sector turístico animó también la recuperación del empleo, especialmente en la rama de la hostelería, donde el número de afiliados a la Seguridad Social en las Islas lograba aumentar un 10% el dato de 2021, hasta alcanzar los 154.707 trabajadores.
En términos generales, el empleo en las Islas se recuperaba durante el pasado año y lograban crearse 43.106 nuevos empleos (5,2% más que el año anterior), por encima de la media nacional, donde la afiliación se habría incrementado un 2,3 por ciento.
De esta manera, el nivel de empleo en las Islas mejoraba incluso el dato previo a la pandemia, y con respecto al año 2019 aumentaba un 5,8%, también superior al registrado en el conjunto del territorio nacional, donde la afiliación al cierre de 2022 superaba en un 4,7% el registro del año 2019.

Si bien es cierto que la recuperación del sector turístico propició una mejora del empleo en el último año, no debemos obviar que en el periodo 2019-2022 la recuperación del empleo se ha debido, principalmente, al fuerte avance que durante este periodo ha mostrado la afiliación en ramas especialmente ligadas al sector público, como son “Administración pública”, “Educación” y “Sanidad”.
No en vano, solo estas tres ramas, con 25.216 nuevos afiliados explican más del 53% del incremento total que ha experimentado el empleo en las Islas tras la pandemia.
En cambio, actividades como el comercio que, en términos globales concentra más del 18% del empleo en las Islas, al cierre de 2022 aún continúa por debajo de los niveles de empleo que registraba antes de la pandemia.
De esta forma, y según los datos facilitados por la EPA, Canarias cierra el año 2022 con una tasa de paro del 14,57% de la población activa, el mejor dato desde comienzos de 2008, cuando se situaba en el 14,66 por ciento.
Pese a todo ello, la fuerte escalada inflacionista que también ha afectado a Canarias ha deteriorado la renta disponible de las familias y ha recortado los márgenes empresariales.
El continuo encarecimiento que han venido experimentando los costes energéticos desde el último trimestre de 2021, y el alza que han mostrado los combustibles y la cotización de materias primas en los mercados internacionales durante este último año 2022, han llevado a la inflación en las Islas, y también en el resto del territorio nacional e incluso europeo, a niveles máximos históricos.
La escalada de precios que se ha observado en las Islas, y en el resto del territorio europeo, obedece a un proceso de inflación de costes que viene acusando el sector productivo desde el final de la pandemia.
Como decimos, la inflación repuntaba al alza ya en 2021, y por ese entonces, los mercados acusaban un desajuste entre oferta y demanda como consecuencia de la lenta reactivación de los flujos comerciales tras el periodo de escasa actividad que generaron las continuas restricciones que afectaron a la producción mundial.
Se sucedían cuellos de botella y rupturas de stock en las cadenas de suministro a nivel global, y los mercados de materias primas y energía comenzaban a acusar tensiones en precios que deberían haberse podido corregir a medida que la oferta mundial tornara nuevamente a niveles de producción previos a la pandemia.
Lejos de corregirse, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania infringían nuevas tensiones a estos mercados a partir del segundo trimestre del ejercicio, y al cierre de 2022, aún persistía la incertidumbre sobre los mercados, elevando así, los costes operativos y de aprovisionamiento de las empresas, que han visto reducir sustancialmente los márgenes empresariales, en un periodo en el que, debemos recordar, muchas empresas, especialmente las de transporte, tanto de mercancías como de pasajeros, aún no habían logrado recuperarse de los efectos de la pandemia.
La fuerte escalada de costes ha impedido que las empresas, tras un año de incrementos continuados, lograran contener los costes de producción y evitar su repercusión sobre los precios finales de venta.
De esta manera, los precios en Canarias cerraron el año 2022 con un incremento del 5,8%, una décima por encima de la media nacional, donde el IPC se situó, finalmente, en el 5,7 por ciento.
Este dato se alcanza tras un año convulso, donde la fluctuación en los precios de la energía y su repercusión sobre el resto de los componentes de la cesta de consumo elevaron la inflación hasta el 9,5% en tasa interanual durante el mes de agosto de 2022.
En este contexto, y aunque los precios de la energía se moderaron durante el tramo final del año, su traslación a los componentes menos volátiles provocaba que la inflación subyacente, aquella que excluye los alimentos no elaborados y los productos energéticos, superara incluso el índice general y alcanzara el 7,1% en Canarias al cierre del año, también por encima de la media nacional (7,0%).

La contención de la inflación continúa siendo, de cara al año 2023, uno de los principales retos que debe afrontar la economía canaria en el corto plazo, debido a su impacto negativo sobre la capacidad de gasto de las familias y su repercusión sobre el resto del modelo económico.
Así, la parte más estructural del conjunto de los bienes y servicios que conforman la cesta de consumo en las Islas ya ha recogido buena parte de los efectos de segunda vuelta de la inflación, lo que exige implantar medidas eficaces que ayuden a contener la inflación.
Desde la Confederación hemos venido reclamando la aplicación de medidas eficaces orientadas a compensar la inflación de costes directamente sobre la fase de producción y comercialización, para evitar su traslación a los precios finales de venta.
Si bien es cierto que la actuación sobre la imposición indirecta para aliviar la presión inflacionista no ofrece mucho margen de maniobra, dado que los tipos que se aplican en Islas sobre muchos alimentos se sitúan ya en cero, existen muchas otras vías que deben explorarse y que pueden tener un impacto a la baja sobre los precios.
En este sentido, desde la Confederación hemos insistido en la aplicación de otro tipo de medidas destinadas a reducir los costes de producción y del transporte de las mercancías, reforzando el sistema de ayudas directas en forma de subvenciones para cubrir los costes energéticos en el sector agrario, industrial y de la distribución, y compensando el fuerte encarecimiento que han experimentado los fletes en el transporte de las mercancías hacia Canarias, o el coste de los materiales de embalaje.
Este tipo de medidas sí actúan sobre la inflación de costes que soporta la producción y comercialización de alimentos en Canarias, y redundarían, además, en una mejora de la competitividad de las empresas conteniendo la tensión inflacionista sobre los precios finales de venta al consumidor.
De esta manera, resulta más eficaz articular toda una batería de ayudas destinadas al comercio, las pymes y los autónomos, y a los transportes, tanto de mercancías como de personas, de forma que se traduzca en un fuerte apoyo a la actividad económica y el consumo.
Desde la Confederación, también hemos insistido en la necesidad de realizar una revisión generalizada de los tipos impositivos a la baja, tras un año en el que los ingresos tributarios han marcado cifras récord, llevando el esfuerzo fiscal de las empresas a niveles excesivamente elevados.
Las cifras más recientes revelan que la recaudación tributaria en las Islas se habría incrementado en un 35,5% durante 2022, lo que supone 1.842 millones de euros adicionales a los que se habían recaudado un año antes.
En este contexto, la Confederación Canaria de Empresarios ha puesto de relieve, una vez más, que la recuperación de la actividad privada continúa siendo, a todas luces, una condición clave para mantener y recuperar el empleo, y en este sentido, ha venido insistiendo en la necesidad de impulsar medidas que garanticen la solvencia y viabilidad de las empresas, independientemente del sector en el que desempeñen su actividad.
Estas medidas deben contemplar, además de ayudas directas que compensen el encarecimiento de costes, otras actuaciones que mantengan el acceso al crédito en condiciones favorables, que mejoren la flexibilidad interna, que reduzcan las cargas impositivas que soportan las empresas y simplifiquen los trámites burocráticos, además de iniciar políticas que promuevan el emprendimiento como un elemento clave, no solo como alternativa al desempleo para aquellos trabajadores que inicien la actividad empresarial, sino también por su potencial como fuente de generación de empleo nuevo.
La economía en su conjunto debe afrontar un panorama en el corto y medio plazo que viene marcado por la alta incertidumbre que aún planea sobre las decisiones de inversión y gasto de familias y empresas, y aunque los análisis más recientes y la evolución de indicadores de actividad durante los primeros meses de 2023 alejan los temores a una recesión en nuestro entorno más cercano, aún persisten factores de riesgo que apuntan a una desaceleración económica que ya comienza a apreciarse en componentes de demanda interna para nuestra economía como el consumo de los hogares y la inversión.
Desde este convencimiento, la Confederación Canaria de Empresarios ha seguido trabajando e intensificando sus funciones de representación ante la Administración con firmeza y de manera decidida para constituir bases sólidas que sustenten el desarrollo de nuestra sociedad y el crecimiento de nuestra economía.
Así lo hemos hecho a través de nuestra intervención en órganos de referencia como el Consejo Asesor del Presidente en materia de política económica y social, la Comisión de Precios de Canarias, la Comisión de Seguimiento del REA, en los órganos de Gobierno de la Sociedad AVALCANARIAS, o en las mesas técnicas creadas al amparo de los Acuerdos de la Concertación Social, en donde hemos continuando defendiendo y aportando nuestras consideraciones en materias como la sostenibilidad de los servicios públicos, la simplificación administrativa, la Formación Profesional Dual o la igualdad, entre otros muchos.
Durante 2022, esta Confederación también cumplía con su vocación general de servicio en materia informativa y de comunicación, y continuaba elaborando, con la regularidad requerida, multitud de informes internos, de carácter técnico, que servían al asesoramiento de nuestras organizaciones miembro.
Desde el área de economía se han elaborado Notas de Economía explicativas que han mantenido actualizadas a nuestras empresas con los sucesivos cambios en la normativa vigente.
Además del seguimiento y análisis de la nueva normativa que afecta a la gestión de la empresa, la Confederación también ha venido liderando la elaboración de estudios y análisis de situación a partir de las estadísticas y fuentes oficiales disponibles, sobre la coyuntura a la que se estaba enfrentando nuestro sistema productivo, al objeto de identificar, a su vez, cuáles eran y debían ser los factores clave para el óptimo desarrollo de nuestro modelo socioeconómico de cara al futuro.
En este sentido, el Informe Mensual de Coyuntura Socioeconómica o el Informe Anual de la Economía Canaria se han convertido, con el paso de los años, en documentos de referencia para el análisis de la realidad socioeconómica del Archipiélago, facilitando la difusión de información relevante para las empresas.
Además de estas publicaciones, la Confederación también ha realizado estudios monográficos que detallaban las claves de los proyectos de ley de Presupuestos Generales del Estado y de Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma de Canarias para el año 2023; y analizaban los aspectos más relevantes de temas cruciales para el análisis de nuestra economía como la recaudación tributaria, la evolución de la actividad turística, contabilidad regional, datos de inflación o empleo en las Islas.
Se trata, en definitiva, de una pormenorizada labor de estudio, análisis y reflexión que, en materia de asuntos económicos, da buena cuenta de la intensa actividad desarrollada por la CCE durante el pasado año, y a la que seguiremos, como no podría ser de otro modo, dando continuidad en los años venideros.
Todos estos estudios sirvieron además de base para la elaboración de un documento de Demandas Empresariales para la recuperación social y económica que redactó la Confederación en colaboración con las diferentes organizaciones miembro, con el objetivo de reunir en un solo documento todas las propuestas empresariales que debíamos trasladar a los diferentes partidos políticos que concurrían a los comicios electorales previstos en 2023.
En ese documento, la Confederación ha insistido una vez más en la necesidad de contar con una Administración pública más ágil, capaz de dar respuesta a las necesidades que demanda la sociedad de una manera más efectiva, sin duplicaciones en la gestión administrativa, sin dilaciones ni demoras en la toma de acuerdos y concesión de permisos y licencias que logren la puesta en marcha de proyectos empresariales generadores de riqueza y con alto potencial de creación de empleo.
Es necesario reducir los plazos o tiempos medios de resolución de las actuaciones administrativas, además de mejorar los registros electrónicos de forma que se agilice cualquier comunicación o interacción con la Administración Pública.
Esta Confederación también ha mantenido vivo el debate sobre nuestro Régimen Económico y Fiscal, convencida de que más allá de la defensa de nuestro diferencial fiscal, el REF es un elemento vertebrador de nuestra sociedad, y también de nuestras empresas, que pretende dar solución a problemas estructurales que impiden el desarrollo de la actividad productiva en Canarias en las mismas condiciones en las que lo hacen las empresas en territorio continental.
Los problemas son estructurales, pero las medidas que contempla para superarlas deben poder adaptarse a las condiciones que impone la fase del ciclo económico en el que nos desenvolvemos, y desde esta premisa, la CCE ha venido defendiendo la necesaria flexibilización de los plazos de inversión, el cómputo de los periodos de utilización y de mantenimiento de dichas inversiones, y los requisitos exigidos por la norma vigente actual en aspectos como la creación y el mantenimiento del empleo en las Islas en materia de la RIC, y el régimen de la Zona Especial Canaria para poder aprovechar al máximo el potencial de desarrollo que nos brinda nuestro REF.
Tras décadas de trabajo defendiendo la singularidad de nuestra actividad productiva y haciendo ver a las diferentes administraciones que la situación geográfica, el fraccionamiento de nuestro territorio y la condición de doble insularidad constituyen barreras estructurales y permanentes que condicionan nuestra economía, aún debemos seguir insistiendo en que el desarrollo y crecimiento de nuestra región pasa, irremediablemente, por garantizar la conectividad de nuestro territorio con los mercados geográficos de nuestro entorno y, principalmente, con Europa.
Lamentablemente, aún queda mucho camino por recorrer en esta materia, porque si bien las regiones ultraperiféricas finalmente lograban quedar exentas del impuesto al queroseno en vuelos interinsulares y nacionales, la Comisión Europea continúa exigiendo que sí se graven los vuelos internacionales. Los efectos de estas medidas se suman a la incertidumbre que aún planea sobre el futuro recargo a la tasa que ya pagan las aerolíneas por las emisiones de dióxido de carbono en los vuelos intraeuropeos, y desde la CCE, continuamos esforzándonos en hacer ver a las diferentes Administraciones que este sobrecoste incidirá en una pérdida de competitividad frente a nuestros competidores directos extracomunitarios.
Este y otros retos que también debe afrontar la economía canaria en el corto y medio plazo como los derivados de la digitalización, la transición hacia un modelo más sostenible, continuarán siendo objeto de análisis y seguimiento desde el área de economía de la Confederación Canaria de Empresarios.